“Apus de los cuatros suyus.” 'Construcción del mundo en los ciclos mitológicos de las deidades montaña.’ por Rodolfo Sánchez Garrafa.



Presentación. de Jorge Golte. Instituto de Estudios Peruanos.

“El trabajo de Rodolfo Sánchez parte de la hipótesis que en los Andes se ha generado a lo largo de los milenios de la existencia de sociedades complejas una cosmovisión compartida de base que se concretizó en las diversas regiones en construcciones específicas y en cosmovisiones que se encuadran en el paisaje de los pueblos, vinculadas cognitiva y “parentalmente” al universo central compartido. A esta hipótesis inicial se agrega una segunda que interpreta la transformación del pensamiento de los descendientes de la población precolombina después de la invasión española hasta nuestros días como reinterpretación constante de la cosmovisión integrada de los tiempos pre-coloniales, que asume nuevos elementos, nuevas informaciones y nuevas formas de razonamiento sin que la estructura básica sea cambiada radicalmente.”

“Como hipótesis subyacente presenta un modelo sobre las características básicas de la cosmovisión. Cualquier modelo a resultar algo estático pero en el caso del trabajo de Sánchez Garrafa trata de abarcar también las variaciones en el tiempo. Sin embargo hay que insistir en que el autor lo considera como un modelo, que en partes subsiguientes del texto le sirve de conjunto sistemático de referencia para poder argumentar en el análisis de los cuerpos mitológicos investigados precisamente sobre la hipótesis subyacentes a todo el trabajo sin que se pierda en las minucias y contradicciones de la variación local y grupal de la mitología que recoge e interpreta. En este modelo esboza la relación entre la construcción de los mitos cósmicos y la temporalidad de la variación de la naturaleza andina y de los ciclos de producción para pasar después al ideario básico sobre la conformación binaria del cosmos que no se acaba con la dualidad simple, sino en una dualidad reproductiva que de esta forma no es simplemente cíclica, sino que incluye las dimensiones del pasado, del presente y la construcción del futuro. Como el sistema binario es homologado o aplicado a ámbitos cognitivos diversos, abarca no solamente una dimensión temporal, sino también otra espacial que es tratada en otro acápite. La ritualización de la cosmovisión en un ciclo festivo que es adecuado al calendario productivo. De esta forma por un lado las actividades productivas son organizadas de tal forma que la producción agrícola-ganadera parecería ser una afirmación constante del orden cognitivo deificado y una corroboración de él. En ello los dioses montaña son expresiones de una naturaleza que se expresa tanto como petrificación de seres “de poder” originarios, con la posibilidad latente y constante, de reencarnaciones diversas, como interlocutores de la gente de una región que se siente ligada a estos por líneas de parentesco. Es el vínculo parental entre las divinidades montaña y la población “protegida” por ellos que los hace accesibles, y crea el vínculo entre las fuerzas de un pasado primordial eternizado con poder (‘kamaq’) y los pobladores que se sienten descendientes o parientes afines de ellos.”

“Los ciclos míticos, alrededor de los Apus Awsangate y Qhoropuna, de Pitusiray y Sawasiray, del Apu Mallmanya y de Yanawanga muestran una semejanza básica a pesar de que se ubiquen en zonas diversas de los Andes. Ello le permite regresar a los enunciados del modelo presentado al principio para discutir con los casos de deidades tutelares presentadas en ubicación de estos en un pensamiento compartido sobre las características básicas del cosmos con relación con los humanos específicos y las especies en general.”

“Las conclusiones del trabajo presentan en primera instancia una reconsideración del modelo temporal-espacial de Annemarie Hocquenghem. La propuesta de Sánchez de hecho permite homologar con más facilidad diversas categorías que se ha considerado fundantes en la comprensión del pensamiento en los Andes, también la ubicación de espacios históricos de la época inca y la interrelación de ellos. Son pertinentes las razones que inducen al autor de estas reconsideraciones. Sin embargo, habría que tener presente que tanto los campesinos andinos actuales, como también los incas y las culturas que les precedieron pensaban el cosmos con una modulación cuatridimensional a modelos tridimensionales (por ejemplo en las botellas de asa estribo moche, o en los recipientes con dos picos y asa nazca), o utilizaban una modelación bidimensional cuando querían hacer referencia a la bipartición básica del mundo y su interrelación (en los tokapus, p. ej.).”

“El trabajo de Rodolfo Sánchez Garrafa es sólidamente argumentado y se basa tanto en base de investigaciones arqueológicas e iconográficas, como en una etnohistórica bien utilizada. Los datos históricos a su vez se ven ampliados por un gran número de relatos orales igualmente interpretados con propiedad en la propuesta general que el trabajo presenta. Su conocimiento y utilización de la bibliografía pertinente es amplia y bien integrada al discurso.”

“Es destacable que trata de introducir a los lectores a la dinámica de la lógica bipartita con una serie de ejemplos míticos. Es decir los mundos opuestos interactúan y los mitos y sus personajes, como por ejemplo el zorro, pueden transitar entre los mundos opuestos y pueden estar también presentes en el espacio liminal, es decir la superficie terrestre del aquí y ahora. Con las explicaciones sobre la interacción el modelo subyacente del trabajo alcanza una proyección mayor y nos hace comprensible la historicidad de él. De esta forma resulta comprensible como un modelo básico, constantemente recreado haya podido perdurar en el tiempo y pueda haber mantenido para los pobladores andinos una perpetuidad histórica que trasciende ampliamente la bipolaridad de la cual parte.”
Jürgen Goltre.
Instituto de Estudios Peruanos.

“Apus de los cuatros suyus.” 'Construcción del mundo en los ciclos mitológicos de las deidades montaña. Rodolfo Sánchez Garrafa. Presentación. de Jorge Golte. Instituto de Estudios Peruanos. pág. 12.   

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