"Toda cultura con fronteras delimitadas, como es el caso de la cultura del pueblo andino, tiene una columna vertebral llamada filosofía, que se compone de dos ámbito indesligables y en permanente interacción: la cosmovisión o modo de concebir el mundo y la racionalidad o mundo de utilizar la razón para poder vivir en el mundo.”
(1) Una primera visión de este trabajo fue publicado como folleto en diciembre de 2003, por la Asociación para la Promoción del Desarrollo (PRODES), especializada en investigación e intervención en la promoción y del desarrollo social y afirmación cultural en espacios altoandinos.
“En este sentido, la mejor entrada para entender a una cultura es entender primero cuál es su filosofía, la misma que se encuentra necesariamente sistematizada en un libro, sino presente en la memoria colectiva y en las acciones de la vida diaria, recreándose permanentemente.”
“La filosofía andina es tan antigua como la cultura andina misma, cuya raíces se remontan hacia los 18.000 años a. C., que es la edad de los rudimentos humanos más antiguos encontrados en las cuevas de ‘Pikimachay’ en Ayacucho. Pero aún no tenemos su edad precisa como la filosofía conteniendo las característica básicas que hoy conocemos,”
“Algunas pistas que pueden ayudar al respecto son los murales de Chavín de Huantar (800 a. C.), las estelas de piedra de ‘Tiwanaku’ (200 a. C.) Los ceramios de Nasca (300 a. C.) y muchos huacos preincas e incas, donde aparece la ‘chakana’, considerada como unos de los símbolos mayores de la filosofía andina. Otras pistas son los hallazgos hechos por los arqueólogos José Ochatoma Martha Cabrera quienes 1991 descubrieron que los ‘waris’ (500 a. C. -1.000 a. C.) ya hacían ‘págapus’ (rituales propiciatorios a la ‘pachamama’ y a los ‘apusuyus’) de una manera parecida a los que practican en la actualidad.”
“La filosofía andina estaba en plena evolución y así la encontraron los españoles cuando llegaron al país en 1532, pero, debido a su ignorancia, no supieron comprenderlo y pensaron que se trataba solo de un conjunto de creencias inspiradas por el demonio y se dedicaron a desacreditarla y destruirla.”
“Pese a la incomprensión y labor destructiva de los españoles, la filosofía andina se siguió vivenciando. Así, pues, cinco siglos después la encontramos en plena vigencia y con la perspectiva de seguir desarrollándose, en la práctica cotidiana de los ‘ayllus’ y comunidades quechuas y ‘aymaras’, en la zona rural y en las ciudades, donde los emigrantes indígenas han estructurado nuevas formas de organización social en las que siguen reproduciendo su cultura e identidad de origen.”
“Si bien la filosofía andina se mantuvo en la vida de nuestros pueblos, los latifundistas y autoridades criollas seguían pensando sobre ella de la misma forma como los españoles, a quienes sucedieron en el control y manejo de la sociedad. En fin, toda la cultura andina era vista por ellos con mucho desprecio.”
“Filosofía Andina y otros temas quechuas.” Urbano Muñoz Ruíz: Visión general.” pág. 12.
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